Ni que decir tiene que, en algunas ocasiones (quizás en la mayoría de ellas) nunca lo llegaremos a saber a ciencia cierta. En otras, las menos, puede que lleguemos a "intuir" un esbozo, un destello reflejado en un mar de incertidumbres que nos golpea, de vez en cuando, para avisarnos ..., para protegernos (de nosotros mismos), o bien, para que tomemos en cuenta otras posibilidades o siguamos el ejemplo de otros supervivientes de la incertidumbre (Nick Vujicic).
Pero, es posible saber el motivo de nuestro comportamiento especulativo, de nuestra parada estratégica, de nuestro afán de superación ...
Y, aunque de todas formas, nuestra voluntad de sobrevivir (a cualquier precio) nos lleve a transitar por lugares en los que nos sentiremos incomodos (a veces), angustiados (otras tantas), apesadunbrados (más de lo esperado) o, derrotados (día tras día), no podemos obviar de nuestros recuerdos esos momentos de felicidad que todos hemos tenido y que, por un exceso de desconfianza en la gente (no todo el mundo puede llegar a entender el por qué apreciamos y valoramos tanto ciertos momentos de nuestras vidas), un día, como otro cualquiera, nos decidimos a guardarlos en un cofre (nuestro cofre del tesoro), y éste cofre, a su vez, lo enterramos bajo tierra (a gran profundidad en nuestro propio inconsciente) y, de manera previsora, hicimos un mapa para encontrarlos de nuevo (por si nos apetecía revivirlos y saborearlos), pero, por desgracia, ese mapa lo perdimos hace tiempo y, ahora, cada vez que miramos a nuestro pasado, tan solo recordamos los malos momentos o, como mucho, los menos malos ..., así que: WEAR SUNSCREAM ...
El poder identificar ciertos momentos y los condicionantes a los que nos enfrentamos pueden hacernos creer en una nueva ilusión de dominio y control de algo en lo que estamos, tan sólo, de pasada: nuestra vida y las decisiones que tomaremos con la esperanza de poder mirar, un día no muy lejano, a nuestro pasado y sonreir al recordar las elecciones realizadas.
